martes, diciembre 21, 2010

Un cumplemes más y te dedico la luna que no ves.
Sabes que está ahí aunque su luz no te golpee tus ojitos como otras noches.
Eso puede pasarnos amor, puede que una noche perdamos por un momento el rastro del cariño, puede que se nos pierda la luz un poquito y no sintamos en el pecho su calor como otras veces, pero debes saber que siempre, siempre, siempre está ahí, y siempre será así.
Sabes que siempre te amaré como nadie jamás imaginó amar, sabes que será así por siempre porque estamos hechas para la otra. Tú completas mi vida y la haces… valiosa… con cada respiro que das.
Entraste a mi vida sabiendo que sería difícil sentir cariño por mí… porque yo estaba tan rota por dentro que tendrías que curarme para luego ser feliz a mi lado. Entraste en mi vida… y la uniste a la tuya sabiendo que una vez hecho esto todo sería más fuerte, lo que antes te daba pena ahora te dolería, y lo que antes te dolía ahora te destrozaría.
Sabías… cuando notaste que como el amor crecía, que las otras cosas (aquellas que te arrancan lágrimas por las noches) también lo harían, y que llegado un momento en que nuestras discusiones aparecieran todo sería más duro, y que calaría más hondo.
La verdad es que sabías cuando tomaste la decisión que estar conmigo que no sería fácil, incluso algunas veces te arrepentiste de tu opción y yo lo entiendo muy bien… pero te quedaste.
Te quedaste cuando cualquiera habría optado por lo menos doloroso, me amaste cuando todos hubieran decidido dejarme para que sanara sola.
Me cuidaste, cuando apenas tenías energía para levantarte tú, y cuando nadie veía que yo caía tú me sostenías en tus brazos y con palabras me traías de vuelta a la vida, incluso cuando yo me creía muerta.
Me hiciste sentir de nuevo, me enseñaste a amar, a respetarme, a cuidarme. Volví a ser humana solo luego de que tú me hicieras vivir como una.
Le diste un vuelco a mi camino y lo uniste al tuyo… me salvaste.
Pero algo más pasó.
En el camino aprendí no solo a amarte… si no que antes de eso desee hacerlo. Despertaste en mi sentimientos que yo creí no existían. No solo me enseñaste a cuidarme, si no que me hiciste querer cuidarte también… cuidarnos.
Me hiciste… desear amarte con más ganas cada día, desear dedicarte mi vida y pasar cada segundo haciéndote feliz.
Es por eso, amor, que incluso cuando no se vea, nuestra luna sigue ahí, y ahí estará siempre. No importa si la noche se nos nubló o si el cielo decidió no mostrarla… no importa si un eclipse se interpone entre su brillo y tus ojos… amor, tú sabes que está ahí.
Por eso te dedico la luna que no vez esta noche, porque su silueta blanca no atrapa tu mirada, pero sabes adonde mirar, sabes como buscarla… sabes que ESTOY AHÍ.

jueves, septiembre 09, 2010

SEGURA

Cuando puedes estar segura que tu vida ha encontrado sentido se siente así
Sientes que, todo lo que giraba en la tierra se detiene para precipitarse al lugar que le corresponde, es algo violento pero… increíblemente agradable una vez que pasa.
Sientes que los hilos sueltos de la vida, esos que nunca sabes a donde te llevarán, se atan dando lugar a la cuerda más firme, y esta te une a aquello que da sentido a cada respiro que das. Te une a ella.
Sientes que… nada podría jamás hacer que dejes de cuidarla, jamás pararás de amarla y siempre querrás tenerla en tus brazos.
Sientes que cada vez que sus ojos encuentran los tuyos el mundo se detiene para darte el tiempo de observarlos bien, sientes que quieres memorizar hasta la última luz que toca su piel y cada una de las sombras que la misma produce. Sientes que nada puede haber más emocionante que escuchar su voz cerca de tu oído, o que nada puede valer más la pena que cruzar el mundo para tomar su mano.
Sientes que… toda tu vida pasada es la de alguien más, pues no puede ser que hayas estado revoloteando el mundo sin saber que la existencia misma se la debías a esa persona que hoy ocupa toda tu mente y corazón. No concibes una historia en donde ella no sea inicio, desarrollo y final.

domingo, agosto 08, 2010

Alguna vez soñé esto

Sin duda te amo. Tu historia pasa frente a mis ojos como luces difusas en el camino. No llevas mas que unos segundos en mis brazos, pero sin duda ya te amo.
Ojos grises, eres un capullo naciente. Tus ojos aun extrañamente grises me atrapan, me envuelven, en el fondo dicen gracias.
Manos pequeñas. En un intento puro de acercamiento tus manitos me atrapan. Es impresionante lo diferentes que somos. Mis manos ya tan grandes y gastadas, las tuyas aun tan pequeñas y nuevas. Pero aun así, mías y tuyas, se unen en un momento que deseo perdure por siempre.
Todo sobre ti me impresiona y me enmudece, me emociona y me enloquece.Después de todo pensar que no eres mía me entristece.
Los pensamientos y las emociones revolotean en mi cabeza, haciendo que el futuro preparado para las dos sea incierto, intimidante. Pero ahora que te veo tan despierta y solo para mi, todo lo escalofriante que el destino pudiera ofrecer desaparece para convertirse en un futuro que sin duda quiero compartir y construir contigo.
Para ti la vida solo comienza, la historia recién se escribe. No hay miedo ni traiciones. Espero que en esta vida que parte para las dos nunca pienses antes de llamarme por aquello en lo que me has covertido.... mamá.

domingo, agosto 01, 2010

DESVARÍOS

Mujeres gritando sus enojos, sus penas, sus alegrías. Mujeres sudando en su trabajo de día, mujeres llorando en su trabajo de noche. Mujeres creyendo que el amor dejó de existir en el cambio de milenio. Mujeres que aman hasta la hondura de su alma. Mujeres que cantan sin vibrar, amordazadas, que miran sin ver, vendadas, que tocan sin sentir, enclaustradas. Todo por una sociedad que aun la reprime, todo porque en un momento de poder, se la desplazó al último rincón de la dignidad humana. Todo porque el ser humano olvidó que de a dos se hace la historia, que no fue “el hombre” quien alcanzó un mayor tamaño craneal, si no la raza, la humanidad. Somos sapiens-sapiens todos y todas, o por lo menos somos buenos intentos.

Hay otro punto.

¿Quién es quién para decir que la generalización debe hacerse en masculino? ¿Y si no me siento incluida cuando dicen “los derechos de todos”?... Ni cuando dicen “los deberes de todos”. No soy una invisible más dentro del grupo de “todos”, soy un mujer que habla y piensa y siente... y GRITA lo que siente que es necesario que se escuche por encima del murmullo general de las muchedumbres, por encima de ese enjambre de pensamiento lanzados al aire, por encima de esa multitud de voces que hablan sin pausa, que sueltan palabras ya sin sentido a oídos que todo lo ignoran. Yo quiero escucharme por encima de este mundo de ideales perecederos, y no pido atención por parte de la humanidad, pues esta es libre de dársela a quien se le da la gana -¡Viva el libre albedrío!- No, yo pido algo mucho más simple que eso... pido la oportunidad. Algo tan simple como eso no debe ser negado jamás, ni porque soy mujer, ni porque soy joven, ni porque soy chubaca, mestiza y lesbiana....

Sociedad... acépteme!.. porque resulta que justo eso soy.

La sociedad de hoy me dice que crezca, que aprenda, que corra antes de caminar porque el reloj ya no va a la misma velocidad de antes, y el tiempo que se destinaba a aprender ahora se va en horas sentado frente a la pantalla. Mejor que aprenda a tipear antes, así me uno a las millones de comunidades que existen y terminaría siendo ovolactovegetariana, de centro pero revolucionaria con moral cristiana, fan del jazz porque me gusto como sonaba el grupo que no me acuerdo como se llama, de la electrónica porque una vez bailé como loca, del folklore porque conozco “La consentida”, activista pasiva por el medioambiente, consecuente con la causa capitalista y consumista y parte del “Greenpeace”… además leería las noticias del “Mercurio”, “The Clinic” y el “Opus Gay” porque tengo que ser una persona informada y abierta de mente (pero me carga la gente cerrada!), vería videos, dos películas europeas que nadie conoce, hablaría con los mismo 5 contactos de siempre a pesar de tener quinientos, escribría en el facebook, en el blog, comento, me reiría, me enojaría…. y eso antes de las 3 de la mañana… a esa hora me paro a comer y a cagar.

El mundo así exige atención y energía en una cuota que va creciendo con los segundos, porque a cada uno de estos hay MÁS mundo que mirar y entender. Exige más y cada vez hay menos de donde sacar, se acaba a comida, el agua, el combustible a base de carbono, las ganas y la felicidad. Pero los medios te dicen “piensa positivo, hay un 8% que concentra las riquezas que si se va a salvar de todo esto, ellos pueden pagar la vida de hoy”… y una tiene que quedarse calladita con la sensación de “puta, será”??!

Ni cagando.

domingo, julio 11, 2010

mmm ... antes de dormir

Anoche escribí esto... pensando en aquellas noches que se que compartiremos, pensando en los momentos en que estes casi dormida en mis brazos, en que casi se me cierren los ojos pero no quiera dejar de mirarte así, tranquila.
Vamos a dormir juntas amor, que la noche está avanzando y son pocas las horas que nos quedan de oscuridad y paz. Vamos a dormir, que la vida sigue por la mañana y debemos ponernos de pie una vez más. Vamos a dormir, que las fuerzas se aunan mejor con los ojos cerrados.
¿Y si soñamos mi amor? Mientras las estrellas nos cubren y la luna cumple su compromiso eterno, podríamos vivir en nuestra inconsciencia, imaginar sin límites.
Así, tu dormida y yo también, podríamos encontrarnos en los sueños y caminar de la mano, juntas e inseparables.
Soñemos entonces mi amor, que si en sueños puedo volver a tener tu rostro entre mis manos, por favor que así sea... no quiero esperar a la mañana para tocar tus labios con los míos y decirte una vez más que te amo.

sábado, julio 03, 2010

Quimera

Estábamos las dos acostadas. Sabíamos que no habría otro momento de tranquilidad como ese en un buen tiempo, sabíamos que esa paz existía para las dos solo en lugares cómo aquel, un cuarto cerrado, en una casa vacía, sin que nadie se enterara de nuestro arranque fuera del campo visual del mundo.

Estábamos las dos en el punto ciego de la sociedad, ese único punto en el cuál los comentarios realmente pasan a importar nada, en donde las amenazas son insignificantes pues sabemos que podemos contra ellas. En el punto ciego en donde el valor tuyo se transforma en el mío.

Estábamos las dos acostadas, yo sabiendo todo esto, deseosa de transmitirlo para por fin estar en paz. Pero en la mirada tuya algo me sorprendió. La misma intención brillaba cautelosa, tímida. El ver esto tan claramente me hizo comprender… no había necesidad de decir nada ya, pues todo lo sabíamos, todo lo sentíamos, antes de que la conciencia participara en el juego.

Estábamos así, las dos unidas cuando la impaciencia entró en nuestros semblantes, cuando notamos lo cerca que estábamos en realidad y lo mucho que deseábamos a la otra… hacía mucho tiempo que no se nos era permitida la cercanía, y el encontrarse de pronto con la posibilidad de romper la regla me entusiasmó.

Sin detenernos a pensar en pros y contras nos unimos en un beso cándido, puro de deseos de complacer y entregar. Mis manos buscaban sin paciencia donde posarse, recorrí aquellos puntos que se que te enloquecen. Recorrer tu cuerpo es la mejor de las aventuras, descubrir tus debilidades una suerte de juego vicioso…. Pero tocarte en si… es mi droga.

Seguían mis manos su deleite fuera de cualquier control racional, seguías tú encantándome con tus reacciones, seguías guiándome a la locura con tus suspiros y tus caricias que tampoco cesaban. Seguías tu distorsionando mi concentración, llevándome a la deriva... ya no respirabas con regularidad... y yo tampoco.

Besé tu cuello con ansias, se que te vuelve loca, además me encanta. Pasé a tus pechos mis manos, jugué con ellos mientras sin paciencia me adueñaba de tu boca. La sensación de volar era más cercana a cada segundo... pero aún no era el momento. Posé mis manos en tu cintura, entonces y tú medio desilusionada te ríes por lo bajo. No te das ni cuenta, pero lo que busco en definitiva es sacarte la polera... cuando captas mi intención acompañas mis movimientos para facilitarme la tarea.

Ni siquiera yo habría previsto mi reacción... quedé... estúpida después de verte. No pude contenerme, te miré a los ojos y estabas sonrojada. Es que me encantas así, no pude con mis deseos y me ganaron... casi arranco a pedazos tu sostén y me hundí en las caricias de tus manos en mi pelo mientras yo besaba cada centímetro de tu piel... besaba, mordía y lamía cuanto podía. Tu espalda se encorvaba de caricia en caricia y me empujabas con fuerza contra tu pecho. Gemías.

De pronto un roce tuyo me sorprende y un suspiro escapa raudo de mis labios. Habías aprovechado mi desconcierto para deslizar tu mano por debajo de mi ropa, toda, y de pronto sentí tu tacto siempre frío debajo en mí. Fue como si una corriente eléctrica me hubiera recorrido el cuerpo entero en un segundo... más fuerte de lo que jamás había sentido y más placentero también.

Tus ojos pedían permiso para seguir tu cometido y yo no podía negártelo... de pronto el control era tuyo. Con maestría quitaste mi ropa para que no molestara... quedé frente a ti solo en ropa interior y con más vergüenza de la que pensé que podía sentir. Pero tus ojos brillaban cuando me mirabas, solo eso pudo tranquilizarme y me hizo confiar en ti.

Seguiste entonces con tu juego... me llenabas de besos la piel yo sentía que ardía. Me llenabas de suspiros el pecho... y es que la imagen de ti recorriendo mi cuerpo, lo siento, pero no es soportable.

A cada beso tuyo el corazón mío saltaba descontrolado como queriendo salirse de su lugar. A cada roce de tu lengua en mi sentía que me perdía más en las sensaciones. No había tiempo ni sentido de la razón.... creo que a esas alturas, ya era toda tuya.

Tus manos, que hacían dibujos interminables, causaban estragos en mi respiración. Mientras me mirabas divertida por mis... saltos, de a poco fuiste retirando las pocas prendas que me quedaban, dejándome solo con una enorme vergüenza y un cojín tapándome la cara. Mis manos se aferraban a la ropa de la cama, pues realmente no quería verte mirándome así... no sabía si te gustaría lo que encontraras luego de desnudarme.

Pero para mi sorpresa no te detuviste ahí. Sentí nuevamente el tacto enloquecedor de tus manos suaves en mis piernas, en el interior de mis muslos, como invitándome a confiar aún más... como persuadiendo a seguir.

Mi vergüenza se transformó de pronto en locura y me vi obligada, por la creciente necesidad de oxígeno, a retirar el cojín de mi cara... entonces quedé muda. Acariciabas mis piernas si, pero además de disponías a besar. Tus ojos sorprendidos por mi repentino movimiento cambiaron otra vez al deseo y como si nada hubiera pasado te dispusiste a continuar. ¡¿Es que jamás ibas a parar?! ¡Ya no sabía que hacer con mi cuerpo!, las extremidades no respondían a mis intenciones y la piel se me iba a desaparecer de tanto que ardía. Tú besabas como si no hubiera otro día mis piernas, acercándote cada vez más a donde yo moriría. Cada unos segundos me concentraba lo suficiente como para abrir los ojos e intentar divisarte, pero en el momento en que te veía consumiéndote todo mi calor volvía a perder todo lo que había logrado. De pronto y sin pausas con un roce de tu lengua me dejaste en caos. Fue, volar y consumirme al mismo tiempo. No pude volver a concentrarme lo suficiente como para observarte bien, pero en las contadas ocasiones en que resultó abrir mis párpados, me mirabas desde abajo con un deseo que jamás había visto, y esto solo servía para incrementar mis sensaciones. Seguías tu imparable y seguía yo contorsionándome de placer. No hubo segundo en que no volara, ni minuto en el que no pensara que iba a morir en cualquier momento, o que ya estaba muerta... y es que, tantas sensaciones y reacciones no pueden tenerse en vida. Creo que nunca sabré como explicarlo bien, pero hubo un momento en que ya no controlaba ni mi boca, y creo que gemía a cada movimiento tuyo, a cada vaivén de tu lengua. Sujetabas con tus manos mi vientre, y creo que solo eso evitaba que saltara fuera de la cama. No pude contenerme más y al fin sentí que se me iba el alma por los poros. Creo que respiraba.... creo, porque después de morir ya no es seguro nada.

Creo que te acercaste a mi y me abrazaste... jamás había disfrutado tanto un abrazo... me volví a sentir viva!... aunque no lo suficiente como para responderte el gesto, mis brazos aún no respondían a mis ordenes. Lo que se con seguridad es que te besé, o me besaste... tierna y extasiada también. Fue extraño no sentir... vergüenza luego de tanta locura junta. Fue más extraño aún sentir tanta felicidad después de haberme sentido tan cerca a la muerte.

martes, junio 29, 2010

[03.23 a.m] 19 marzo

Silencio.
Por mi ventana se cuelan pedazos del mundo… valientes… incoherentes. Si miro… techos, barrotes, un foco viejo y solitario y el cielo inmensamente oscuro y desprovisto de estrellas. Si escucho… el ruido de la calle principal alcanza mis oídos, buses de trasnoche, autos corriendo a sus casas… o escapando de ellas, un motor desenfrenado de vez en cuando, una bocina… pero increíblemente todo eso parece ínfimo, lejano en comparación con el canto del único grillo que escucho esta noche. Su canto incansable, repetitivo, monótono inunda mi cabeza haciendo eco en mis ideas… no logro aclarar si es su canto el melancólico o soy yo. Si huelo solo sufro con el olor a fierro oxidado y cemento que siento… por ni un lado hay rastro de naturaleza que puedan albergar a mi amigo cantor.
Quiero cerrar la ventana, pero algo dice que me arrepentiré luego. Quiero cerrarla… a la mierda, la cerré…
Encuentro el algo por el cual me arrepiento de haberla cerrado. El silencio ahora es solitario, no tengo la compañía de la calle ni a mi infatigable cantor nocturno. El único sonido que aliviana mi soledad ahora es el lápiz rasgando el papel mientras escribo… no quiero parar.
Tengo a mi lado un notebook con una lista de reproducción esperándome, pero no quiero recurrir a ella… se que esa música me recuerda a… -… mierda… me recuerda a ti.
Como todas las noches, no he podido evitar pensar en ti. No es que me moleste, pero si frustra tener que restringirme a mis recuerdos cuando lo quiero es tu contacto en medio de la noche… me apena tener que imaginar que respiras a mi lado para poder cerrar los ojos tranquila… me agobian los sueños en donde te tengo dormida entre mis brazos, y los muchos despertares en que me descubro sola en esta cama, en esta pieza, en esta casa... que ya no se sienten como mías.
Aun con la ventana cerrada escucho un casi choque y un avión que vuela bajo… pero mis oídos ya se cansaron de prestar atención a detalles, a nimiedades, me voy a entregar a la música, a los recuerdos… A TI.

son segundos

Su caricia y la mía. Nuestros cuerpos siendo uno, sintiendo como uno… vibrando. La sensación de volar cuando ella en un suspiro dice todo y pide más. Cuando con mis besos la cubro e intento hacerla volar también, compartir las alas que ella me regaló.
Cuando capto su calor en mi piel, y siento que es por ese calor que vivo y siento… y revivo. Cuando en apenas unos minutos nos entregamos… como si se nos fuera la vida en unos minutos… o como si la vida real, esa que sentimos hasta la última célula, fueran tan solo aquellos minutos en que, desesperadas por cercanía, besamos, acariciamos… vivimos.

lunes, junio 28, 2010

Un beso planteó el trato entre ella. El beso puro, casi casto en un principio, cambio para dar paso libre a sus verdaderas intenciones. Sus bocas unidas ya no hablaban con palabras, si no con movimientos, que son el reflejo puro de los deseos.
Deseo… era precisamente eso lo que los había llevado a la situación tal. Un beso… otro, y sus manos sujetaban a la otra con firmeza... un beso, solo uno más y esa suerte de sueño no quería acabar.
Sabían las dos que ese beso era el comienzo de otros más, pero era un comienzo tan exquisito que no debía terminar.
Sabían ambas que debían partir, pero la responsabilidad parecía ínfima en el instante aquel en que con un beso, amaban.
Sabían bien ambas la realidad que les deparaba ahora la fortuna, sabían la suerte de tenerse, sabían el cariño… sabían a la otra, que con ojos esquivos decía te quiero, que con roces calmos hablaba, que con cercanías tempranas miraba.

jueves, junio 17, 2010

vive (:

ve, escucha, huele, siente  
textura, color, luz o sombra 
o un poco de los dos 
vive, disfruta 
siente otra vez como si fuera la primera 
aprecia el brillo de la naturaleza 
o contempla una genialidad en cemento
siente ritmos, pulsos, 
haz musica al compas de tu corazón 
baila al paso del tiempo  
y aún asi siguiendo solo TU paso  
mueve tu interior en conjunto con tu imagen 
cambia 
y sin embargo permanece igual ... es diferente ... es nuevo ... viejo .. conocido .. indiferente ?? ... jamás
sigue cn tu existencia y complacete de ella 
como si fuera una obra más 
una más ??  
no, la mejor de ellas
porque en esta obra estas tu  
tal cual eres 
con detalles, con luz 
y también sombra 
con tu color, o a veces la falta de este 
con tu intrincado ritmo 
que despues de todo solo tu puedes seguir 
con tu compas original 
con tu pulso vivo en cada instante
y con tu movimiento 
porque la vida es eso ... movimiento

miércoles, junio 16, 2010

Deseos

Solo la vi. Sus ojos de café me atraparon en ese momento exacto Estaba tratando de acercarme cuando ella me vio también, por un segundo nuestras miradas se toparon, por solo un segundo, pero logró hacer que mi sangre hirviera en mis venas. Sentí como el color llenaba mis mejillas y arrepentida aparté mi mirada, sobrepasada por la vergüenza.
No alcancé ni a pensar en volverme a verla cuando sentí un frío tacto en mi espalda descubierta (mi vestido de gala resultaba bastante provocativo y, muy a mi pesar, el de ella también), al darme vuelta me topo de lleno con ese extraño brillo caoba que hace dos segundos juraba que estaba al otro lado de la sala. Sin palabras ahí me quedé, paralizada y maravillada a la vez. Entonces ella preguntó: ¿Nos conocemos? Esa voz. Juro que no he vuelto ha escuchar otra voz tan perfecta como esa, tan suave y impactante a la vez. Apenas me habló en un susurro, pero fue increíblemente penetrante.
Me tomó unos segundos recuperar la compostura, además del habla, para contestar a su interrogante. Fue así como comenzamos a conocernos. Su nombre era Tania. Tenía apenas 19, pero tenía la sabiduría y el desplante de una vida entera. En sus jóvenes ojos se hallaba una intensidad desconcertante. En lo míos cuando estaba con ella era bastante obvia la admiración y el constante caudal de preguntas que fluían más allá de mi control.
Pasamos horas al día juntas, hablando tanto de trivialidades como del sentido de la vida misma... hablábamos como si fuéramos a arreglar el mundo con ello. Pasamos así días, semanas, meses, y para cuando me detuve a pensar ya no sabía bien cuando la había conocido, estaba tan ligada su presencia a la mía que me era difícil en extremo ponerme en la posición de vida diaria sin ella al lado. Tania se había vuelto fundamental para mí. Intenté comprender mi gran apego hacia ella, pero para mi desgracia solo contribuyó a perderme más en mi búsqueda.
Un día estando las dos sentadas en paz, en silencio, me atacaron de nuevo las interrogantes que por las noches me quitaban el sueño. “¿Por qué preguntaste si nos conocíamos si sabías que no era así?”, pregunté como si preguntara por el clima. Sus ojos profundos se hundieron en el interior de sus pensamientos para hallar así la respuesta, supongo que revivió esa noche y ante la idea me sonrojé, había estado muy nerviosa la primera vez que hablamos. De pronto su mirada volvió al presente y me observó divertida por mi creciente calor facial, “La verdad… no sabía como empezar a hablarte... solo sabía que tenía que hacerlo... algo en ti me llamaba” dijo con despreocupación, como si hubiera contestado “nublado”. Ante eso todo un nuevo torrente de preguntas hizo estragos mi concentración, y esto se vio reflejado en mi cara supongo pues me quedó mirando con esa expresión suya que dice “habla ya, estoy esperando”. Intenté controlar mi respiración, agitada ya ante la idea de que un ser casi perfecto y sumamente interesante como ella se fijara en mi de manera especial... No es que sea un gran detalle, pero supongo que es mejor aclararlo, soy lesbiana, por lo tanto podrás imaginar el desastre existente en mi sistema nervioso ante la presencia de una mujer exquisita en cada sentido de la palabra. Sin éxito alguno en la batalla por tranquilizarme me dije que era el momento de confesarle este detalle a la que ahora era mi mejor amiga y objeto de mi deseo. Junté todo el valor que tenía y me lancé como kamikaze, segura de que obtendría como mínimo un silencio seguido de un adiós y como máximo una sarta de garabatos irreproducibles seguidos de una teatral despedida finalizada por algo así como un “no quiero verte nunca más ni la sombra!!”. Petrificada ante estos posibles desenlaces que mi cerebro había conjugado sin mi autorización ella tuvo que recurrir a palabras de aliento para hacerme hablar de nuevo, y, bueno, recuperar el color de la cara.
Luego de minutos interminables de insistencia me rendí y hablé despacio, procurando que cada palabra fuera absorbida por mi acompañante, pero intentando que las mismas no dañaran tanto a su paso por ella. “Tania... somos amigas, cierto?”, ante esta pregunta fue ella la que quedó helada. Se acomodó en su lugar, intentando recuperar la compostura y esperó por más. “Se que esto no es común, y muy probablemente inesperado también, pero debes saber que no soy como cualquier otra mujer de por aquí”, luego de dicha esta frase su expresión se desencajó aún más, como intentado agarrar por alguna parte el difuso hilo de conversación que yo le extendía. Me miró, ahora si, realmente extrañada, pero había algo más en sus ojos, algo que brillaba en el fondo pero que, al mismo tiempo, era reprimido también. Era a veces ese brillo el que me hacía tener algunas esperanzas vagas con ella. Decidí que si ya había llegado hasta ahí, no haría gran diferencia ahora el soltar la verdad completa. Restregué mis manos heladas contra los jeans para eliminar un poco la tensión y respiré hondamente para lograr un tono de voz acompasado. “No se cómo lo tomarás todo esto, pero espero que gracias a la amistad que tenemos hoy mañana me mires y me trates igual que siempre... Se que debes estar perdida en esta conversación, pero todo se aclarará, en serio. Lo que pasa es queeee... ” añadí un momento de suspenso solo para darle un respiro a la pobre, no quería matarla de la impresión con lo que ya era una declaración. “Lo que pasa es que me gustas, y mucho realmente... no sé cuándo ni cómo empezó… solo sé que un día pasaste de ser la amiga a ser la preocupación de cada día, cómo estabas, donde estabas, que ha- .. ” su mano, fría al igual que la mía, cortó mi ya completamente descontrolado y frenético monólogo. Sus ojos se encontraban tan sorprendidos como los míos por lo impulsivo de mi discurso. Permanecí en silencio mientras con su mano mantenía a raya mi locura... estaba al borde de la locura en aquella situación, si ella sacaba su mano, al segundo siguiente me encontraría pidiendo disculpas por mi desubicación. Pero algo cambió de pronto el escenario. Su sonrisa, esa que yo suponía aparecería llena de compasión o de amargura dependiendo de que tan mala fuera la situación, me sorprendió por su repentina calidez y... ¿comprendimiento?... Debía estar de verdad loca si creía ver en sus facciones empatía. Más me sorprendí cuando al silencio de la estancia le aportó su sonora risa, aún con su mano en mi boca, aún evitando que yo me disculpara por mi errático actuar. Levantó de pronto aquellos ojos cafés y se unieron a los míos por interminables segundos, minutos... un tiempo que parecía no avanzar se extendió, rodeándonos de privacidad y magia. La vergüenza mía paso repentinamente a segundo plano cuando en un susurro soltaste aquello que jamás esperé, pero que de verdad ansiaba. “También me causas algo especial Tané... no sabes desde hace cuanto guardo esto”, dijo lo último con una sonrisa iluminándole ese rostro de niña que tiene. No podía creer mi suerte... es que... ¿qué tan probable era que alguien correspondiera mi sentimiento alguna vez?, la verdad yo jamás me lo esperé de nadie. Pero ahí me encontraba, junto a la mujer que en ese momento me gustaba, correctamente correspondida en sentimiento... ¿sería lo mismo en intención?, me aventuré a soñar ante la perspectiva de Tania como mi pareja, y debo reconocer que realmente me gustó mucho aquella imagen, por lo cual continué en mi sinuosa algarabía de palabras. “Es... impresionante escuchar eso, no sabes cuanto... pero me gustaría saber... ¿Crees posible que... nosotras dos... en un futuro...pareja?”, no logré articular más palabra... la repentina sensación de ir muy rápido por un túnel sin salida me dejó sin aire... y sin neuronas también. Tania era la que ahora se notaba nerviosa, sonrojada escondió sus ojos bajando la mirada, imponiendo una cortina con su pelo rojizo.
Guardó silencio por lo que pareció una eternidad, hasta que mi impaciencia obró y solté algo disgustada “¿Podrías por favor decir algo?... los nervios me están matando”, y para que decir la vergüenza pensé para mi. Salió como de un trance muy profundo y me miró desconcertada. Sin cambiar lo más mínimo su expresión habló “Lo siento, es que... me has tomado por sorpresa... ¿en un futuro... las dos?... la verdad... ” contuve el aliento todo el segundo que ella se pensó la respuesta “… si... lo veo muy posible” dijo soltando todo el aire de sus pulmones. En ese momento era yo la que no podía hilar nada ya, y me hundí en mis pensamiento cuando en realidad lo que quería era saltar, gritar, bailar y luego besarla. Decidí que no tenía por qué esperar a nada, respire solo una vez antes de determinar que si ya había confesado y no me habían echado (de hecho me habían correspondido) nada más podía salir mal. En plan de urgencia acoplé todo mi valor a mi determinación de jugarme cada carta que tenía... y que no tenía también, seguí un repentino calorcillo que se me movía en el pecho y me acercaba de a poco a ella. Tome su rostro entre mis manos... y podía sentir su calor que también la guiaba hacia mí. La miré por primera vez sin un torrente de preguntas… solo existía cariño y deseo.
Fui al encuentro de nuestros labios y…
Desperté.
Así fue como esa noche mi cabeza me jugó otra mala pasada con aquella mujer que solo vi una vez… al otro lado del salón.

...

En un rinconsito del alma vivía a medio morir el amor que me quedaba. La ternura llegaba a veces a visitar mis actos, pero se había mudado ya de mi corazón pues éste, harto ya de las heridas, se había puesto una coraza de hierro y se había enfriado para dejar de sangrar. El cariño existía casi olvidado en mi inconsciencia y la inocencia era un pasado lejano ya.

Me habían robado gran parte de mi alegría... y la dicha de vivir era una idea incomprensible.

En esta carencia morir parecía un sueño.. un regalo ... y vivir era más una tortura... pero era inevitable al mismo tiempo... dejar de latir no era parte de los planes de mi estropeado corazón.

Pasa que ...

Eran unos momentos a solas todo lo que necesitábamos... un cigarro talvez, y el silencio de la noche. La paz de estar juntas nos dio el ambiente, y la complicidad de las miradas la confianza suficiente para que me planteara el decírtelo ahí.
En uno de mis arrebatos más característicos me lancé a la vida ... pero tropecé con los nervios inesperados y el miedo... entonces quedé en pana de pánico a la mitad.
Tu mirada era inquisidora... con paciencia demandabas para ti las palabras que yacían apretadas en mi garganta. Pensaba yo “supieras cuanto quiero poder decirlas más tranquila!” pero un miedo me robaba la voz cada vez que lo intentaba. El miedo de que luego de dichas las palabras el viento se las llevara como hojas, el miedo que sonaran superfluas.
- Lo que pasa es que... – y se me cerraba el aire, como haciéndose sólido en mi
interior, incapaz de salir. Entonces avergonzada yo no podía sostener tu mirada y me refugiaba en tu hombro.
Pero con toda tu paz me envolvías suave, calmando un poco así mis nervios e
invitándome a continuar... con calma, a mi ritmo
- ¿Qué pasa?... dime – decías suave en un susurro casi a mi oído. Dejabas ver en
tus palabras el cariño, la preocupación y el interés por mi. Casi, solo casi, sin urgencia me dabas el valor para completar mi frase.
Me convencí de que era el momento y me preparé mentalmente para que, en el peor de los casos, la reacción tuya me atormentara.
- Pasa que te amo – solo eso logré decir... las palabras salieron rápidas de ansias, y
luego del te amo mi voz se quebró por la emoción y no pude seguir explicándome... así que puse todo mi amor y mi alma en mis ojos e intenté que vieras en ellos lo cierto y lo fuerte de mi sentimiento.
Sentí en ti algo como la gratificación... la dicha del que se sabe amado. Sentí en ti
calidez, y solo eso pudo tranquilizarme.
Ni en mis sueños pre-vi tu respuesta... reconozco que la ansiaba con el alma, pero nunca doy muchas alas a mis esperanzas... nunca me lo permito.
- Te amo también... y mucho – dijiste tu, luego de solo unos segundos.
La poca luz del lugar no me dejaba observarte bien, pero en tu voz la emoción gritaba las lágrimas que tu tanto retenías. A falta de luz para mis ojos, mis manos se dedicaron a ver tu rostro. Con mis yemas dibujé tus ojos, tu nariz, tus labios... cuando hacía mi camino por tu mejilla una lágrima me cortó el paso. Te miré otra vez, pero sabiéndote observada giraste tu cara rápida, escondiéndome lo más hermoso que había visto ese día. ¿Por qué lo hacías?... ¿Era vergüenza lo que sentías?.. busqué tu rostro con urgencia... necesitaba ver lo que mis palabras habían provocado, ver lo que aun no hablabas.
Me topé de pronto con tus ojos... brillaban aun.
Por entre tu vergüenza pude ver por primera vez amor... amor que desbordaba tu mirada y me invadía el pecho... volviéndolo de pronto más cálido.