lunes, julio 22, 2013

https://www.facebook.com/ConfesionesUsach/posts/150291851827077?comment_id=216119&offset=0&total_comments=16

Pesadilla y la puta..

Estaba en una fiesta. El lugar me era desconocido, pero podía notar que era una parcela. Una de esas casas con mucho patio, harto pasto siempre perfecto y un quincho donde tenían instalada toda la parafernalia de amplificación. 
Estaba aburrida y sola, una pésima combinación tratándose de un carrete. No tenía idea quién era el dueño o dueña de casa, quiénes eran los que pululaban por el lugar. ¿No conocía a nadie ahí?
De pronto un chico, no recuerdo su nombre y sus facciones apenas las veo borrosas ahora entre mis lagunas mentales, se acerca amable y me pregunta si estoy demasiado aburrida. 
Yo me río, descubierta, y le digo que bastante. Le explico que no logro entender qué hago ahí. 
Ríe conmigo ante mi sinceridad abrupta y me invita a tomar algo "para amenizar la noche". Yo sé que está coqueteando conmigo pero no le doy mayor importancia, ya le explicaré luego que no me va lo que ofrece. Pero de todas formas acepto la invitación, "por la buena onda".
- Tengo el trago más allá, escondido. No quiero que esto hueones me lo tomen todo- Me dice como disculpándose porque nos alejamos del centro del patio y de la música. 
- No hay problem, sobre todo porque parece que allá ya se tomaron todo lo que había- Le digo relajada.
Nos alejamos solo un poco, como rodeando la casa. El escondite era un medidor de agua que había a un costado de la casa. "Ingenioso" pensé yo. 
Sacó un vodka.
- Mmm, no es de mis preferencias, pero te lo aceptaré igual. No he tomado nada en lo que va de noche- Le digo para explicar mi fruncido ceño.
- ¿No te gusta?- me dice coqueto.
Yo río - No es eso- le explico. - Me agarra muy rápido, me mareo al ratito si tomo más de un vaso. Por eso te lo acepto igual, es lo primero que tomo, así que no hay drama- 
Nuevamente ríe por mi sinceridad.
Sirve un par de vasos con vodka y jugo de piña. Para mis adentro agradezco que no sea naranja y me tomo el primero sorbo. 
Otro, otro y pasó el primer vaso sin pena ni gloria.
- ¿Otro?- 
- Otro -
No sé en qué momento me empecé a sentir confusa y extraña. Como si el cuerpo no obedeciera las ordenes que yo le daba. Las palabras salían arrastradas y me costaba enfocar la vista. La ebriedad no me era desconocida, y eso no era el típico efecto del trago. No estaba mareada, no estaba "prendida", solo enormemente confundida. 
Lo vi sonreír. - Parece que ya sentiste el regalito que iba en el trago- dijo mientras me pasaba los brazos al rededor. 
Yo hice lo que pude para empujarlo hacia atrás. Preferí intentar alejarlo antes que discutir con él, pero las piernas no me respondían y era incapaz de pararme, intentaba alejar sus manos, pero solo lograba darle manotazos al aire mientras sentía que todo se iba diluyendo en el espacio mientras me iba a negro. 
"Mierda" pensé. 

Desperté con el sol en la cara, sudada y adolorida. 
Aturdida a más no poder y totalmente desorientada.El sol estaba justo en lo más alto del cielo, arrojando luz despiadadamente contra mis ojos que dolían como nunca. Apenas podía abrirlos. 
Me costó más de un minuto entender que estaba en un suelo terroso, con piedras pequeñas perforándome la espalda, que era de día y que no sabía dónde estaba.
Asustada intenté pararme y entonces vino la peor parte, mi cuerpo dolía de tantas formas y en tantas partes que caí de espaldas de nuevo al suelo. Busqué por todas partes un poco de sombra donde refugiarme mientras intentaba incorporarme, pero parecía estar en un terreno sin dueño. De pronto lo reconocí, era un terreno cercano al hospital local. La idea me agradó.
Algo de mi cerebro comenzó a funcionar con normalidad e hizo una rápida asociación entre el hospital-urgencias-heridas y el dolor que había sentido al intentar pararme y un miedo me recorrió desde los pies hasta la nuca. Comencé a examinarme como pude y el espanto tomó posesión de toda mi maltrecha conciencia. Enormes moretones que parecían estar apenas apareciendo, cubrían mis piernas, mis brazos y podría jurar que varios puntos de mis espalda también. Tenía peladuras en palmas, como si me hubiera caído. La ropa sucia y rasgada. Parecía que había rodado por todo ese suelo abandonado. Me llevé las manos a la cara de pura desesperación y la sentí inflamada, tenía un pómulos dos veces más grande a lo que lo recordaba y mi boca..mi boca. Palpé con la lengua y sentí con horror que tenía dientes menos. 
"Me sacaron la cresta" pensé repentinamente congelada bajo el sol que seguía fulminando. 
Intenté hacer memoria de lo que recordaba pero era todo tan confuso.
Una fiesta en alguna parte. Música a lo lejos. Un vaso en mis manos. Ver todo borroso. Todo era inconexo y no lograba entender como había llegado a ese lugar, ni a ese estado. 
De pronto me golpeó. Pasé de una casa en quién sabe dónde a ese terreno. Debían haber kilómetros de por medio, no había llegado ahí sola. ¿Alguien me fue a tirar ahí? ¿La misma persona que me había hecho esto? Por que de haber querido ayudarme, me dejan en el hospital mismo, y no en el terreno botado que está al lado. 
El sentimiento de abandono y la falta de fuerza me golpearon tan fuerte y tan repentinamente que me quedé sin aire y comencé a llorar desesperada. 


Y desperté.
Y sentí el alivio más grande que pueda existir cuando comprobé que todavía tengo todos mis dientes.

lunes, julio 08, 2013

Sin miedo...

Recuerdo un proyecto que giraba en torno a la mujer, a sus miedos, inculcados por una sociedad represiva y cínica respecto de su propia naturaleza.
Recuerdo que la pregunta en cuestión que hacían a cada mujer que se encontraba envuelta en el trabajo era: "¿Qué harías si no tuvieras miedo?"...y cuando lo leí no supe qué responder.
Había afrontado todos mis miedos. "Salí del closet", con todo lo odiosa que es la expresión, es cierto, lo hice. Enfrenté a mi madre con sus preguntas respecto a mi homosexualidad, al mundo con sus prejuicios, a mi familia con sus ideas pre-concebidas, y a cada idiota en la calle al que se le ocurría decir "podría ir yo al medio, chiquillas" con un tono desagradablemente lascivo.
Enfrenté los prototipos, si, por un tiempo parecía "niño", usé el pelo corto, la ropa grande, alejándome del prototipo de "feminidad" que se exige a las mujeres y niñas, y no me importó que me dijeran que me "amachaba", porque yo sabía perfectamente lo que era.
Dejé a un lado esa pacata idea de hacer el amor solo enamorada y a escondidas, liberé mi sexualidad y mi sensualidad, aprendí a querer mi cuerpo, cuando todo en la sociedad te dice que si no eres la copia de una modelo de pasarela no tienes nada de lo que sentirte orgullosa. Liberé mi cuerpo, mi piel, mi voz. Canto cuando camino en la calle, bailo si la música me inspira, hago el ridículo y beso a mi pareja cada vez que me da la gana...y sonrío a las señoras que me miran feo.
Pero hoy descubrí la respuesta a esa pregunta, que nunca abandonó mi cabeza.
¿Qué haría si no tuviera miedo?
Por primera vez veo con claridad esta sombra que comienza a aparecer en mi horizonte.
Ni siquiera puedo describir lo que significaría para mi tener mi familia, pero algo, este miedo, me frena y no me deja visualizar mi propia vida. Hasta da vergüenza reconocer que algo no te deja pensar tranquila, que algo te impide pensar en llegar a este momento maravilloso, donde tomas a esta personita, que es una hoja en blanco donde comenzará una vida.
El cambio...es el cambio. Las carnes flojas luego de la gestación, las estrías, los kilos demás que se nieguen a dejar el cuerpo, el ensanchamiento de caderas..es el cambio.
Para muchos sonará estúpido, ¿Cómo te va a dar miedo eso?..pero así es.
Cuando pasas por tanto, en medio de una sociedad que no acepta menos que la perfección, y te enfrentas al cambio, cuando ya ha encontrado tu centro y tu punto de bien estar..da terror.
Me da terror no volver a ser atractiva a mi pareja, a que no quiera pasar sus manos por mi vientre, porque no le será conocido. A que mi cintura se le haga extraña, a que mis piernas cambien y que mi trasero ya no le parezca "rico", como se empeña en decir.
Terror a mirar en el espejo y despreciar lo que vea, a disgustarme al sacarme la ropa, a no soportar estar desnuda frente a la mujer que amo.
Lo he dicho.
...
Ahora que sé cuál es mi miedo, espero poder superarlo..en el proyecto no se menciona que pasa con las mujeres que reconocieron los suyos, pero me inspira ese brillo en los ojos, en sus fotografías...esa expresión que dice "este era mi miedo", y sus sonrisas de suficiencia.

martes, julio 02, 2013

Declaro

Siendo la luna mi único testigo, hoy declaro:
Mi voluntad absoluta y definitiva de permanecer junto a usted por cuanto mi vida dure, pudiendo ser este periodo breve o eterno, si prefiere creer en la reencarnación.
Mi apoyo incondicional en cualquiera sea la peripecia que le depare la vida, e independiente del camino que escoja para recorrerla.
Declaro este día también el traspaso total del título de propiedad de mi corazón, siendo este mi único bien preciado y por tanto mi única herencia en caso de que la vida sea más perra de lo que creo.
Declaro en resumen, luna amiga, que desde este momento, en cuanto ponga punto final a esta voluntad, la mujer que he escogido para amar es dueña total del bien declarado, convirtiéndose así en única partícipe de mi existencia.
Se convierte en la mujer de mi vida.
 Firma, enamorada, el día Jueves 20 de Junio del 2013
Daniela Espinoza