Lo quería. Lo deseaba como nunca antes.
Esa marca en mi cuerpo, esa señal, esa alerta, ese recuerdo, todo resumido en un solo símbolo antiguo como el compromiso mismo e inequívoco.
martes, junio 25, 2013
sábado, junio 22, 2013
Borrar un escrito no es arrepentirse de las palabras que puse en el papel.
No es intentar eliminar esa parte puntual de la historia, no es renegar de lo vivido en el momento en que la inspiración tomó forma de prosa.
Borrar un escrito es una decisión mucho más dura, una transformación mucho más fuerte. Incluso más que el hecho mismo de escribir.
Borrar un escrito es hacerse cargo del tiempo pasado, es admirarlo y decir "no soy la de entonces".
No es intentar eliminar esa parte puntual de la historia, no es renegar de lo vivido en el momento en que la inspiración tomó forma de prosa.
Borrar un escrito es una decisión mucho más dura, una transformación mucho más fuerte. Incluso más que el hecho mismo de escribir.
Borrar un escrito es hacerse cargo del tiempo pasado, es admirarlo y decir "no soy la de entonces".
miércoles, junio 19, 2013
Te amo más que la CRESTA.
Te amo más que la CRESTA.
Te amo más que la CRESTA.
Te amo más que la CRESTA.
Te amo más que la CRESTA.
Te amo más que la CRESTA.
Te amo más que la CRESTA.
Te amo más que la CRESTA.
Te amo más que la CRESTA.
Te amo más que la CRESTA.
Te amo más que la CRESTA.
Te amo más que la CRESTA.
Te amo más que la CRESTA.
Te amo más que la CRESTA.
y así no más es la cosa.
Te amo más que la CRESTA.
Te amo más que la CRESTA.
Te amo más que la CRESTA.
Te amo más que la CRESTA.
Te amo más que la CRESTA.
Te amo más que la CRESTA.
Te amo más que la CRESTA.
Te amo más que la CRESTA.
Te amo más que la CRESTA.
Te amo más que la CRESTA.
Te amo más que la CRESTA.
Te amo más que la CRESTA.
Te amo más que la CRESTA.
y así no más es la cosa.
martes, junio 18, 2013
La necesidad de sentirla a mi lado es tal, que las noches se me van extrañándola, imaginando sus labios, imaginando sus brazos a mi al rededor, sus piernas entre lazadas con las mías, su olor y su calor invadiéndome...
La necesidad de sentirla es tal, que para cuando me doy cuenta el sol ya ha salido, ya me he congelado de nuevo, y ya he escrito otra vez en su nombre.
La necesidad de sentirla es tal, que para cuando me doy cuenta el sol ya ha salido, ya me he congelado de nuevo, y ya he escrito otra vez en su nombre.
miércoles, junio 12, 2013
Todo aquello era una locura, exquisita, pero una locura sin duda.
Los últimos días se habían convertido en un borrón de horas que pasé, entre días y noches, en sus brazos, en sus piernas, en sus labios, en sus ojos.
Al recordar no era capas de enfocar la hora del día, pero no podía dejar de pensar en el momento en que su boca formó las palabras precisas que me dieron un vuelvo enorme al corazón. No podía dejar ir la imagen de sus ojos nervioso, risueños, y luego sorprendidos al tener su respuesta. Creí ver en su rostro comenzar a formarse el debate entre la incredulidad y la emoción repentina, pero finalmente todo dio paso a la felicidad de la seguridad de tenernos la una a la otra.
Luego las ganas de gritar al mundo que esa mujer maravillosa era mía crecían con el paso de cada minuto que pasé observándola.
Tenía gestos tan lindos, ella no tenía idea de lo hermosa que es, pero yo si. La veo como nunca había visto a nadie, y no me importaba lo que dijera el resto, no me importaba el miedo a aburrirla, a asustarla, dejé salir todo lo que veo en ella en palabras torpes dichas a media voz, reflejé cada suspiro que se me atascó en mis ojos, esperando que ella notara en el cambio de color mi fascinación, mi amor.
Los últimos días se habían convertido en un borrón de horas que pasé, entre días y noches, en sus brazos, en sus piernas, en sus labios, en sus ojos.
Al recordar no era capas de enfocar la hora del día, pero no podía dejar de pensar en el momento en que su boca formó las palabras precisas que me dieron un vuelvo enorme al corazón. No podía dejar ir la imagen de sus ojos nervioso, risueños, y luego sorprendidos al tener su respuesta. Creí ver en su rostro comenzar a formarse el debate entre la incredulidad y la emoción repentina, pero finalmente todo dio paso a la felicidad de la seguridad de tenernos la una a la otra.
Luego las ganas de gritar al mundo que esa mujer maravillosa era mía crecían con el paso de cada minuto que pasé observándola.
Tenía gestos tan lindos, ella no tenía idea de lo hermosa que es, pero yo si. La veo como nunca había visto a nadie, y no me importaba lo que dijera el resto, no me importaba el miedo a aburrirla, a asustarla, dejé salir todo lo que veo en ella en palabras torpes dichas a media voz, reflejé cada suspiro que se me atascó en mis ojos, esperando que ella notara en el cambio de color mi fascinación, mi amor.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)