Me gustaría dedicar, en esta noche que no duermo, palabras a oídos que no escuchan y miradas a ojos que no me ven.
Hace poco tiempo, para lo mucho que se ha sentido, me dije que no volvería a escribir de ti. Sigo sin hacerlo, en cambio te escribo a ti, pues hay cosas que decir y escasean las ocasiones en que pueda mirarte a la cara.
Serás muchas cosas malas, pero conmigo fuiste buena mujer... al menos por un tiempo. Sanaste heridas que creí siempre permanecerían abiertas y reviviste emociones que creí enterradas en mi pecho. Eso siempre te lo agradeceré.
Es por estas razones que escribo hoy palabras ya (casi) sin rencor. Te escribo mis pensamientos, con la esperanza de que puedas leerlos en algún momento de tu día o, por qué no, tu noche.
Te escribo porque quiero que sepas que no pretendo estar en guerra contigo, y no quiero pensar, cada vez que recuerde tu existencia, dolor ni resentimiento. Te escribo porque sigo necesitando muchos por qués, y como conoces bien mi necesidad por saber todo, espero que puedas entender mi urgencia. Te escribo públicamente porque no volveré a estar sola contigo, jamás, y por lo tanto no me importa si alguien se entera de mi petición hacia ti. Te pido que dediques unas horas de tu vida actual a explicarme el último capítulo de tu historia pasada. Te pido que seas honesta.
No te dedicaré más besos, pues fueron demasiados los que te llevaste contigo. Tampoco te dedicaré mi corazón de nuevo, pues este se perdió cuando la mentira entró a tu boca. Solo seguiré dedicándote la misma frase de siempre, que gastada y tantas veces pasada a llevar, sigue siendo un deseo sincero. Cuídate por favor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
blablame :)