domingo, diciembre 25, 2011
viernes, diciembre 09, 2011
Amada Soto 25/07/10
"Manos cariñosas que trajeron al mundo a cientos de talagantinos y talagantinas
De las nuevas generaciones ¿Quién no ha escuchado este nombre? y de las más antiguas ¿Quién no ha llegado al mundo con su ayuda? Para todos ellos, aquí está su historia evocada por una de sus nietas, Valeska Espinoza.
Nació en Santiago el 14 de diciembre de 1906 (la fecha no es exacta, ya que antiguamente no se inscribía a los niños al momento de nacer). Llegó a Talagante a los 28 años enviada por el Seguro Obrero a ejercer su profesión de matrona. Es aquí donde conoce a su marido y padre de sus tres hijos (Edilio, Rolando y Ruth) Edilio Espinoza, el primer taxista de Talagante.
Si bien ella siempre quiso ser profesora, las limitaciones económicas la llevaron a optar por una carrera más corta que le permitiera trabajar cuanto antes. Sin embargo, poco a poco se enamoró de su profesión.
Talagante, por aquellos años, era un pueblo campesino donde no existía un hospital. Las mujeres, por lo tanto, daban a luz en sus casas y doña Amadita tenía que recorrer kilometros en su bicicleta o a caballo para atender a las parturientas. Incluso a veces le tocaba asistir sola partos riesgosos, donde los bebés venían en mala posición y gracias a sus menudas manos y a su habilidad los ubicaba en la posición correcta, salvandolos así de una muerte segura.
Luego, cuando se contruyó el hospital- en lo que es ahora el Consultorio Dr. Alberto Allende Jones de la calle Francisco Chacon- ella pasó a ser la única matrona. Fueron años de intenso trabajo, pero Amadita se entregó a él con suconocida generosidad y alegría.
En 1963 Amadita se retiró, debido a que su madre sufrió un accidente vascular y quedó postrada. Ella se dedicó por completo a su cuidado.
Murió a los 97 años.
"Yo viví con ella desde que tengo uso de razón. Era una persona muy generosa y adoraba a los niños. Era muy alegre y disfrutaba enormemente de las fiestas familiares.
Aunque le tocó viajar mucho, porque uno de sus hijos vivía en Canada, no cambiabia por nada su Talagante. Le gustaba el pueblo y su gente, amaba ir a misa el domingo. Le gustaba barrer su vereda y arreglar como nadie el frontis de su casa para la fiesta de Cuasimodo.
La gente la quería mucho, tenía una empatía especial con las personas. Trajo al mundo a familas completas de la comuna.
Ninguno de sus decendientes siguió su profesión, sin embargo somos todos profesionales. Se alegró queyo fuera profesora, era como eralizar su sueño, a través de su nieta.
La verdad es que todavía me cuesta recordarla sin empcionarme y aceptar que partió, porque ella aún nos hace mucha falta", cuenta su nieta, Valeska Espinoza."
(Fuente, Diaro El Talagantino, comuna de Talagante)
Sinceramente, cuando mi abuelo me trajo este diario para que leyera lo que ahí se escribía sobre una parte de la familia, no pude evitar emocionarme. Pensar que esa mujer que para mi fue una madre más, fue de hecho importante dentro del pueblo, es reconocida en las generaciones mas antiguas, es recordada con tanto cariño por una comunidad.
A veces pienso que la gente como ella dejó de existir. Gente tan buena, que los que no lo eran se aprovechaban de ella, pues sabían que jamás los detendría. Una persona tan buena, que hasta hoy, cuando han pasado 9 años ya de su muerte, se sigue sintiendo en cada reunión familiar su falta, se sigue bromeando con las "mañas" de la abuelita Amada, se sigue haciendo salud en su honor. Gente así de buena, que hasta hoy sientes que pudiste haberla aprovechado más.
A veces recuerdo ... tardes, largas y lentas, en su compañía, sus constantes poemas que salían claros de su agotada garganta, cantos para niños que me dedicaba solo a mí, la hija de su niña bonita. A veces también recuerdo sus pasos errantes por Talagante, que más de alguna vez que costaron una reprimenda en la casa ... por descuidada. Recuerdo perfectamente sus ojos verdes desgastados por el sol, su pelo finísimo y blanco que en algun momento fue rubio, su sonrisa pequeña, su voz vieja... pero firme después de todo, sobre todo cuando se trataba de recitar y cantar. La primera profesional de nuestra familia, la inspiración para sus hijos, el modelo para las mujeres que la conocimos, y una mujer adorable para todo aquel que se le acercara. MUY creyente, MUY ordenada y MUY terca, debo reconocer que solo heredé la última parte.
En fin, el toparme con este artículo sobre esta mujer que me marcó, me hizo querer dejar una huella en alguna parte, me hizo querer... extender lo que esta mujer significó para muchos.. me hizo recordar mucho, revivir muchas experiencias, repasar lo que han sido estos años... y ... llegar a la conclusión.. de que .. puede que ella ya no exista, su aliento se perdió hace años una tarde calurosa de verano, pero su ser puede extenderse en aquellos que nos criamos con ella.
De las nuevas generaciones ¿Quién no ha escuchado este nombre? y de las más antiguas ¿Quién no ha llegado al mundo con su ayuda? Para todos ellos, aquí está su historia evocada por una de sus nietas, Valeska Espinoza.
Nació en Santiago el 14 de diciembre de 1906 (la fecha no es exacta, ya que antiguamente no se inscribía a los niños al momento de nacer). Llegó a Talagante a los 28 años enviada por el Seguro Obrero a ejercer su profesión de matrona. Es aquí donde conoce a su marido y padre de sus tres hijos (Edilio, Rolando y Ruth) Edilio Espinoza, el primer taxista de Talagante.
Si bien ella siempre quiso ser profesora, las limitaciones económicas la llevaron a optar por una carrera más corta que le permitiera trabajar cuanto antes. Sin embargo, poco a poco se enamoró de su profesión.
Talagante, por aquellos años, era un pueblo campesino donde no existía un hospital. Las mujeres, por lo tanto, daban a luz en sus casas y doña Amadita tenía que recorrer kilometros en su bicicleta o a caballo para atender a las parturientas. Incluso a veces le tocaba asistir sola partos riesgosos, donde los bebés venían en mala posición y gracias a sus menudas manos y a su habilidad los ubicaba en la posición correcta, salvandolos así de una muerte segura.
Luego, cuando se contruyó el hospital- en lo que es ahora el Consultorio Dr. Alberto Allende Jones de la calle Francisco Chacon- ella pasó a ser la única matrona. Fueron años de intenso trabajo, pero Amadita se entregó a él con suconocida generosidad y alegría.
En 1963 Amadita se retiró, debido a que su madre sufrió un accidente vascular y quedó postrada. Ella se dedicó por completo a su cuidado.
Murió a los 97 años.
"Yo viví con ella desde que tengo uso de razón. Era una persona muy generosa y adoraba a los niños. Era muy alegre y disfrutaba enormemente de las fiestas familiares.
Aunque le tocó viajar mucho, porque uno de sus hijos vivía en Canada, no cambiabia por nada su Talagante. Le gustaba el pueblo y su gente, amaba ir a misa el domingo. Le gustaba barrer su vereda y arreglar como nadie el frontis de su casa para la fiesta de Cuasimodo.
La gente la quería mucho, tenía una empatía especial con las personas. Trajo al mundo a familas completas de la comuna.
Ninguno de sus decendientes siguió su profesión, sin embargo somos todos profesionales. Se alegró queyo fuera profesora, era como eralizar su sueño, a través de su nieta.
La verdad es que todavía me cuesta recordarla sin empcionarme y aceptar que partió, porque ella aún nos hace mucha falta", cuenta su nieta, Valeska Espinoza."
(Fuente, Diaro El Talagantino, comuna de Talagante)
Sinceramente, cuando mi abuelo me trajo este diario para que leyera lo que ahí se escribía sobre una parte de la familia, no pude evitar emocionarme. Pensar que esa mujer que para mi fue una madre más, fue de hecho importante dentro del pueblo, es reconocida en las generaciones mas antiguas, es recordada con tanto cariño por una comunidad.
A veces pienso que la gente como ella dejó de existir. Gente tan buena, que los que no lo eran se aprovechaban de ella, pues sabían que jamás los detendría. Una persona tan buena, que hasta hoy, cuando han pasado 9 años ya de su muerte, se sigue sintiendo en cada reunión familiar su falta, se sigue bromeando con las "mañas" de la abuelita Amada, se sigue haciendo salud en su honor. Gente así de buena, que hasta hoy sientes que pudiste haberla aprovechado más.
A veces recuerdo ... tardes, largas y lentas, en su compañía, sus constantes poemas que salían claros de su agotada garganta, cantos para niños que me dedicaba solo a mí, la hija de su niña bonita. A veces también recuerdo sus pasos errantes por Talagante, que más de alguna vez que costaron una reprimenda en la casa ... por descuidada. Recuerdo perfectamente sus ojos verdes desgastados por el sol, su pelo finísimo y blanco que en algun momento fue rubio, su sonrisa pequeña, su voz vieja... pero firme después de todo, sobre todo cuando se trataba de recitar y cantar. La primera profesional de nuestra familia, la inspiración para sus hijos, el modelo para las mujeres que la conocimos, y una mujer adorable para todo aquel que se le acercara. MUY creyente, MUY ordenada y MUY terca, debo reconocer que solo heredé la última parte.
En fin, el toparme con este artículo sobre esta mujer que me marcó, me hizo querer dejar una huella en alguna parte, me hizo querer... extender lo que esta mujer significó para muchos.. me hizo recordar mucho, revivir muchas experiencias, repasar lo que han sido estos años... y ... llegar a la conclusión.. de que .. puede que ella ya no exista, su aliento se perdió hace años una tarde calurosa de verano, pero su ser puede extenderse en aquellos que nos criamos con ella.
viernes, diciembre 02, 2011
''This is love, this is porn''
En el último tiempo todo ha sido tan raro. Te siento hasta en mis huesos.
Te siento en mis recuerdos, en mis ideas...te siento hasta en la sangre que me corre lento al no estar tu.
Pensar en tus manos aun me descontrola el pulso, me desordena la respiración como la más ardua de las carreras. Recordar como me mirabas me hace mal, recordar como me seguías con los ojos tuyos al yo recorrerte. Recordar tus manos construyendo caminos nuevos sobre mi piel, caminos extendiéndose desde mis labios hasta mis pechos, dibujando planos imposibles por mi vientre, dando giros en mis muslos, adornados por tus besos y tu lengua húmeda, traviesa, caminos convergentes en donde, sabes, está la perdición. Te recuerdo moviéndote entre mis piernas, llevándome al éxtasis, llevándome a la locura... llevándome a la muerte.
Te siento en mis recuerdos, en mis ideas...te siento hasta en la sangre que me corre lento al no estar tu.
Pensar en tus manos aun me descontrola el pulso, me desordena la respiración como la más ardua de las carreras. Recordar como me mirabas me hace mal, recordar como me seguías con los ojos tuyos al yo recorrerte. Recordar tus manos construyendo caminos nuevos sobre mi piel, caminos extendiéndose desde mis labios hasta mis pechos, dibujando planos imposibles por mi vientre, dando giros en mis muslos, adornados por tus besos y tu lengua húmeda, traviesa, caminos convergentes en donde, sabes, está la perdición. Te recuerdo moviéndote entre mis piernas, llevándome al éxtasis, llevándome a la locura... llevándome a la muerte.
domingo, mayo 15, 2011
Castillo de cristal
No sabes lo que tus palabras hacen, cuando las dices como si nada, cuando las exhalas llenas de enojo, cuando las arrojas como estacas.
No sabes lo que tus miradas hacen, cuando tus café chocolate se congelan... y me congelan.
No sabes lo que tus manos frías hacen, cuando sin ganas me tocas, cuando pálida como invierno me acaricias, cuando sin querer me dañas.
Sin querer es cierto, pero cada vez duele más aquella palabra tuya que viene a romper mi encanto, que me recuerda que esto no es un sueño en donde puedo definir qué seguirá. Sin querer me haces caer sobre la tierra que a ratos logro dejar atrás, cuando me haces volar con tanta facilidad, cuando me cortas las alas con frialdad.
Cuando congelas mi aliento en el pecho desgarrado, cuando siento que sangro gotas de tinta que no llegan a ser nada más que garabatos en un papel, que intentos de dibujarte con los ojos que me gustan, con esos ojos cálidos que me envuelven a ratos para transforman el mundo en un lugar mejor. Con tus ojos me das vida, y con los mismos me la quitas. Con tus palabras me das la razón por la que vivo, y con las mismas me haces trizas el futuro, dejando nada más que retazos de lo que un día soñé.
En una prisión de hielo me tienes mujer, amarrada por el alma, con mi corazón de rehén, con tus desprecios como guardia y con tu fuerza imparable en el trono del rey. No soy más que este cuerpo que tienes a tu dispocisión, no soy más que estos ojos vacíos ya de tanto llorar mis heridas, cada una con tu nombre grabado, no soy más que este ser que alguna vez fue humano, que está al fondo de tu corazón, intentando vivir dentro de un castillo de cristal.
No sabes lo que tus miradas hacen, cuando tus café chocolate se congelan... y me congelan.
No sabes lo que tus manos frías hacen, cuando sin ganas me tocas, cuando pálida como invierno me acaricias, cuando sin querer me dañas.
Sin querer es cierto, pero cada vez duele más aquella palabra tuya que viene a romper mi encanto, que me recuerda que esto no es un sueño en donde puedo definir qué seguirá. Sin querer me haces caer sobre la tierra que a ratos logro dejar atrás, cuando me haces volar con tanta facilidad, cuando me cortas las alas con frialdad.
Cuando congelas mi aliento en el pecho desgarrado, cuando siento que sangro gotas de tinta que no llegan a ser nada más que garabatos en un papel, que intentos de dibujarte con los ojos que me gustan, con esos ojos cálidos que me envuelven a ratos para transforman el mundo en un lugar mejor. Con tus ojos me das vida, y con los mismos me la quitas. Con tus palabras me das la razón por la que vivo, y con las mismas me haces trizas el futuro, dejando nada más que retazos de lo que un día soñé.
En una prisión de hielo me tienes mujer, amarrada por el alma, con mi corazón de rehén, con tus desprecios como guardia y con tu fuerza imparable en el trono del rey. No soy más que este cuerpo que tienes a tu dispocisión, no soy más que estos ojos vacíos ya de tanto llorar mis heridas, cada una con tu nombre grabado, no soy más que este ser que alguna vez fue humano, que está al fondo de tu corazón, intentando vivir dentro de un castillo de cristal.
domingo, mayo 08, 2011
Café y tostadas
Durante las noches te pienso
veo como la vida nos pasa por el lado
y nos invita a dar un paso más.
Veo como tus ojos se cierran a lo lejos,
veo como tus labios me llaman entre sueños,
veo como tus manos intentan aferrarse a las mías.
Estoy cansada de ver y no poder sentir,
quiero estar ahí cuando despiertas de un mal sueño
y quiero abrazarte para que dejes de temblar,
y quiero mirarte cuando abras los ojos
y ser la primera que te salude en la mañana,
y si, quiero ser yo para siempre
quiero ser yo quien te ame en la noche
cuando vayas a dormir,
y ser yo quien te lleve el desayuno a la cama...
café, tostadas y un beso fresco al despertar.
veo como la vida nos pasa por el lado
y nos invita a dar un paso más.
Veo como tus ojos se cierran a lo lejos,
veo como tus labios me llaman entre sueños,
veo como tus manos intentan aferrarse a las mías.
Estoy cansada de ver y no poder sentir,
quiero estar ahí cuando despiertas de un mal sueño
y quiero abrazarte para que dejes de temblar,
y quiero mirarte cuando abras los ojos
y ser la primera que te salude en la mañana,
y si, quiero ser yo para siempre
quiero ser yo quien te ame en la noche
cuando vayas a dormir,
y ser yo quien te lleve el desayuno a la cama...
café, tostadas y un beso fresco al despertar.
jueves, marzo 17, 2011
Sentir siempre ha sido una palabra muy grande.
Abarca tanto mundo a nuestro alrededor, abarca tanto sistema tan complejo, que al reaccionar nos conecta el alma con aquello que nos baña, el mundo.
Sentir para mi siempre ha existido de cinco formas, todas muy distintas: ver, oir, oler, saborear y tocar. Cada una tiene su complejidad muy interna y cada una tiene su repercusón en mi.
Ver para mi es un lujo, observar el brillo, la luz o la falta de esta, los colores y cada uno de sus infinitos tonos, el contraste, la forma, el tamaño, la posición, todo en una composición única, en un momento único, que luego de haber pasado libra su existencia del mundo terrenal y queda en mi memoria tan solo como recuerdo, pero entonces otro momento único se desarrolla, reemplazando al anterior y ocupando otro lugarcito en mi memoria. Es increíble lo que se descubre tan solo con observar, es un universo interminable y infatigable que jamás me dejará descansar, y no quiero que lo haga, soy una amante de la observación.
Oir es otro universo nuevo, tan extremadamente distinto del anterior, pues los estimulos llegan a mi en un sinfin de timbres y volumenes, que hacen que mi oído me colapse de sensaciones diversas y me exponga, a veces sin ver, un mundo en donde todo cobra vida de una manera sutil y sensual. Los sonidos seducen mi oído en conjuntos enormes, como queriendo proponerme una orgía.
Oler es un placer en general poco explorado, o por lo menos eso creo yo. Pero la verdad es que oler es un acercamiento tan fuerte hacia el mundo que es imposible no disfrutarlo. Como una parte de ese mundo se puede transportar por el aire para llegar a mi y decirme que hay mas allá, hacia donde. Como al sentir un aroma agradable uno parece volar hasta el preciso momento en que lo disfruta a concho. Como el aroma es una adelanto de lo que el mundo te traerá mas adelante, o muchas veces un recordatorio de momentos anteriores de placer.
Saborear... es un placer muy sutil.. muy sensual también. Como este acercamiento tan directo con el mundo se traduce en un entendimiento hasta ese momento imposible, como los sabores inundan mi ser y me hablan de origenes, de diferencias suaves, de parentescos lejanos, de momentos, recuerdos y por venires. Como el sabor me habla de historia.. o de placer.
Tocar es algo completamente de otro mundo. La cantidad infinita de sensaciones que pueden abrumar a un simple humano cuando toca o, porque no decirlo, es tocado. Cuando esta capa fina de terminales nerviosas entra en contacto con algo la respuesta es más rápida que el pensamiento, y antes de que lo pienses la sensacion de estar tocando te invade completamente y te nubla los otros sentidos, pues esta sensación es mas fuerte que cualquiera.
Entonces por favor que alguien me entienda cuando digo que me pierdo completamente cuando llega ella y la... SIENTO.
Sentirla es algo que jamás podré explicar en totalidad, pero es una cosa que me inunda el alma, me revienta en millones de sensaciones y me hace perder la cabeza. Me pierdo en un océano de experiencias, distintas todas, y me ahogo entre los miles de pensamientos qe surgen a cada una de estas.
Abarca tanto mundo a nuestro alrededor, abarca tanto sistema tan complejo, que al reaccionar nos conecta el alma con aquello que nos baña, el mundo.
Sentir para mi siempre ha existido de cinco formas, todas muy distintas: ver, oir, oler, saborear y tocar. Cada una tiene su complejidad muy interna y cada una tiene su repercusón en mi.
Ver para mi es un lujo, observar el brillo, la luz o la falta de esta, los colores y cada uno de sus infinitos tonos, el contraste, la forma, el tamaño, la posición, todo en una composición única, en un momento único, que luego de haber pasado libra su existencia del mundo terrenal y queda en mi memoria tan solo como recuerdo, pero entonces otro momento único se desarrolla, reemplazando al anterior y ocupando otro lugarcito en mi memoria. Es increíble lo que se descubre tan solo con observar, es un universo interminable y infatigable que jamás me dejará descansar, y no quiero que lo haga, soy una amante de la observación.
Oir es otro universo nuevo, tan extremadamente distinto del anterior, pues los estimulos llegan a mi en un sinfin de timbres y volumenes, que hacen que mi oído me colapse de sensaciones diversas y me exponga, a veces sin ver, un mundo en donde todo cobra vida de una manera sutil y sensual. Los sonidos seducen mi oído en conjuntos enormes, como queriendo proponerme una orgía.
Oler es un placer en general poco explorado, o por lo menos eso creo yo. Pero la verdad es que oler es un acercamiento tan fuerte hacia el mundo que es imposible no disfrutarlo. Como una parte de ese mundo se puede transportar por el aire para llegar a mi y decirme que hay mas allá, hacia donde. Como al sentir un aroma agradable uno parece volar hasta el preciso momento en que lo disfruta a concho. Como el aroma es una adelanto de lo que el mundo te traerá mas adelante, o muchas veces un recordatorio de momentos anteriores de placer.
Saborear... es un placer muy sutil.. muy sensual también. Como este acercamiento tan directo con el mundo se traduce en un entendimiento hasta ese momento imposible, como los sabores inundan mi ser y me hablan de origenes, de diferencias suaves, de parentescos lejanos, de momentos, recuerdos y por venires. Como el sabor me habla de historia.. o de placer.
Tocar es algo completamente de otro mundo. La cantidad infinita de sensaciones que pueden abrumar a un simple humano cuando toca o, porque no decirlo, es tocado. Cuando esta capa fina de terminales nerviosas entra en contacto con algo la respuesta es más rápida que el pensamiento, y antes de que lo pienses la sensacion de estar tocando te invade completamente y te nubla los otros sentidos, pues esta sensación es mas fuerte que cualquiera.
Entonces por favor que alguien me entienda cuando digo que me pierdo completamente cuando llega ella y la... SIENTO.
Sentirla es algo que jamás podré explicar en totalidad, pero es una cosa que me inunda el alma, me revienta en millones de sensaciones y me hace perder la cabeza. Me pierdo en un océano de experiencias, distintas todas, y me ahogo entre los miles de pensamientos qe surgen a cada una de estas.
jueves, febrero 24, 2011
Un día con un beso me despegué del suelo
dije adiós a las piedras y partí a caminar sobre los cielos.
Las constelaciones fueron mis nuevas amigas
y los astros me hacían un camino de luz hacia la vida que escogía.
Con una mano aferraba la esperanza de un amor
y con la otra me agarraba el corazón
que poquito a poco se me salía de su rincón
y partía palpitando tu nombre como canción.
Sin quererlo... se me soltó
y a tu pecho fue a parar mi pequeño motor
medio estropeado y con menos color
pero tus manos abriste y le diste tu amor.
Seguí yo flotando y entre corrientes vivía
sin fijarme que tu en la tierra seguías
mirando hacia las nubes donde yo renacía
con tus pies en la tierra viste mi algarabía.
De improviso me pillaste..
cuando a los ojos me rogaste...
que fueramos felices, qe lo nuestro nunca terminase
que soñaramos juntas, que de las piedras te retirase
que juntas, de la mano, emprendieramos el viaje
a los cielos infinito, a las estrellas fugaces.
Te invito a vivir en las nubes, dije contenta
te prometo sueños preciosos,risas gigantes,
menos penas, alegrías más grandes..
Y me prometo luchar por tu sonrisa,
sin importar si hay sol,o si la lluvia nos acaricia
si te enfermas, o si caigo de rodillas,
si estamos mal, o si estamos bien,
prometo luchar por tu sonrisa
hasta el final de mis días.
dije adiós a las piedras y partí a caminar sobre los cielos.
Las constelaciones fueron mis nuevas amigas
y los astros me hacían un camino de luz hacia la vida que escogía.
Con una mano aferraba la esperanza de un amor
y con la otra me agarraba el corazón
que poquito a poco se me salía de su rincón
y partía palpitando tu nombre como canción.
Sin quererlo... se me soltó
y a tu pecho fue a parar mi pequeño motor
medio estropeado y con menos color
pero tus manos abriste y le diste tu amor.
Seguí yo flotando y entre corrientes vivía
sin fijarme que tu en la tierra seguías
mirando hacia las nubes donde yo renacía
con tus pies en la tierra viste mi algarabía.
De improviso me pillaste..
cuando a los ojos me rogaste...
que fueramos felices, qe lo nuestro nunca terminase
que soñaramos juntas, que de las piedras te retirase
que juntas, de la mano, emprendieramos el viaje
a los cielos infinito, a las estrellas fugaces.
Te invito a vivir en las nubes, dije contenta
te prometo sueños preciosos,risas gigantes,
menos penas, alegrías más grandes..
Y me prometo luchar por tu sonrisa,
sin importar si hay sol,o si la lluvia nos acaricia
si te enfermas, o si caigo de rodillas,
si estamos mal, o si estamos bien,
prometo luchar por tu sonrisa
hasta el final de mis días.
domingo, enero 02, 2011
promesas y noche
Su mano acariciaba la piel tersa, marfileña de su acompañante. El calor aquella noche de verano las tenía sumidas en un sopor lento, las olas a lo lejos se mecían sigilosas sobre la arena, cantando así una canción llena de murmullos que las cobijaban. Era la media noche y aún no dormían, seguían las dos con los ojos fijos en la otra, no hablaban.
Su mano acariciaba suave toda la piel que encontraba, sus dedos jugaban también con los rizos castaños de ella, ahora surcados por reflejos blancos de tiempo, se hundían en ellos con ligereza, llevaba tanto años acariciando la misma piel, mirando los mismo ojos, jugando con el mismo pelo… pero parecía que estos se hacían agua de mar y se iban tan rápidos como la espuma. Hacía más de 20 años habían jurados por primera vez estar juntas para siempre, y la promesa seguía en pie y tan fuerte como el día aquel, que se perdía de a poco en mareas de tiempo, pero que jamás era olvidado.
Sus ojos observaban con detalle a su compañera, ansiosos de memorizar cada detalle, como por ejemplo el brillo de la piel bajo aquella luna vieja de verano, o como la respiración de su amada aquella noche movía lento su cuerpo, dándole un ritmo acompasado para contar el paso del tiempo, o también memorizar los ojos de ella aquella noche calma, o sus manos que la rodeaban ligera, o sus piernas que la envolvían y la hacían su presa, o los labios tan suyos que la hacían delirar, o su cuello que parecía no tener fin cuando lo besaba… o todo.
Sus labios la habían besado durante tanto tiempo… y les quedaba aun más por delante. Tenían una vida juntas y aun les quedaba un futuro con el cual soñar. Aquella noche templada de verano volvieron a repetir sus promesas, volvieron a amarse como lo habían hecho siempre, sintiéndose una mujer completa y no dos con medias-vidas. Con aquella luna como testigo ellas se miraron una vez más, llenas de amor, llenas de deseo. El mar refugió sus palabras y las fundió con la eternidad azul, el cielo las contempló emocionado y cada una de las estrellas de esa noche fue testigo del amor entre las dos. Podrían pasar más años aun desde que sus voces se unieron en promesas, pero el mar, el cielo, la luna y las estrellas seguirían recordando a aquella pareja que una vez, en una noche de verano, les mostró que el amor eterno si existe.
Su mano acariciaba suave toda la piel que encontraba, sus dedos jugaban también con los rizos castaños de ella, ahora surcados por reflejos blancos de tiempo, se hundían en ellos con ligereza, llevaba tanto años acariciando la misma piel, mirando los mismo ojos, jugando con el mismo pelo… pero parecía que estos se hacían agua de mar y se iban tan rápidos como la espuma. Hacía más de 20 años habían jurados por primera vez estar juntas para siempre, y la promesa seguía en pie y tan fuerte como el día aquel, que se perdía de a poco en mareas de tiempo, pero que jamás era olvidado.
Sus ojos observaban con detalle a su compañera, ansiosos de memorizar cada detalle, como por ejemplo el brillo de la piel bajo aquella luna vieja de verano, o como la respiración de su amada aquella noche movía lento su cuerpo, dándole un ritmo acompasado para contar el paso del tiempo, o también memorizar los ojos de ella aquella noche calma, o sus manos que la rodeaban ligera, o sus piernas que la envolvían y la hacían su presa, o los labios tan suyos que la hacían delirar, o su cuello que parecía no tener fin cuando lo besaba… o todo.
Sus labios la habían besado durante tanto tiempo… y les quedaba aun más por delante. Tenían una vida juntas y aun les quedaba un futuro con el cual soñar. Aquella noche templada de verano volvieron a repetir sus promesas, volvieron a amarse como lo habían hecho siempre, sintiéndose una mujer completa y no dos con medias-vidas. Con aquella luna como testigo ellas se miraron una vez más, llenas de amor, llenas de deseo. El mar refugió sus palabras y las fundió con la eternidad azul, el cielo las contempló emocionado y cada una de las estrellas de esa noche fue testigo del amor entre las dos. Podrían pasar más años aun desde que sus voces se unieron en promesas, pero el mar, el cielo, la luna y las estrellas seguirían recordando a aquella pareja que una vez, en una noche de verano, les mostró que el amor eterno si existe.
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