sábado, abril 25, 2015

Al parecer esa noche no iba a ser como las demás. 
Su cabeza seguía estando en otro lado, lejos de donde debía estar.
Su mente recorría un cuerpo que sólo podía imaginar.
Sus ojos descubrían rincones que no se dejaban ver.
Sus manos detallaban terrenos que solo soñaba encontrar.
Era el olor de ella el que hacía flotando a su al rededor, sus caricias suaves revolviéndole el pelo, sus labios susurrándole a solo unos centímetros de inagotable aire.
Su cabeza seguía viajando a donde ella estuviera, fueran kilómetros, fueran horas las que las separaran, estando en otro lado.