El peso del anillo en su mano era evidente cada vez que nuestros ojos se topaban. Cada mirada le añadía una tonelada a esa prisión circular que llevaba contra su piel a todo momento. Ella sabía que yo la deseaba, y yo sabía que por las noches dormía pensando en mi. Con mis besos había lavado lágrimas, con mis susurros había acallado llantos, con mis te amo había sellado promesas...promesas que seguían siendo solo secretos escondidos de toda luz, pues el nombre grabado en su anillo sería su verdugo si se enteraba de nuestros encuentros. Ella llevaba su anillo junto a su piel y yo llevaba mis promesas grabadas en la mía. Cada roce que ella me dio era recordatorio constante de nuestra pasión, cada centímetro de mi piel había sido conquistado por sus manos, y mi boca era capaz de recordar cada rincón de su cuerpo a la perfección.
Cada mirada era como un día nuevo y distinto, a veces llenas de deseo, otras de rencor, otras de miedo. Ella temía por nuestro secreto, pero más temía al amor. Ella no quería amarme, a pesar de que yo la amara con todo mi corazón, a pesar de que estuviera dispuesta a huir y dejar todo atrás. Ella no quería amarme, sería su perdición.
Su anillo se quedó junto a piel, aquél nombre fue siempre su acompañante, y yo... yo guardé mis promesas bajo mis ropas.
lunes, enero 30, 2012
martes, enero 24, 2012
viernes, enero 13, 2012
Como las mariposas
¿Has visto las mariposas de cerca?
Cómo vuelan libres, alegres... ¿cómo sueñan?
¿Has notado su fragilidad?
Pequeñas alitas, rápidas, inquietas, queriendo escapar...
Cómo vuelan libres, alegres... ¿cómo sueñan?
¿Has notado su fragilidad?
Pequeñas alitas, rápidas, inquietas, queriendo escapar...
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