jueves, marzo 17, 2011

Sentir siempre ha sido una palabra muy grande.
Abarca tanto mundo a nuestro alrededor, abarca tanto sistema tan complejo, que al reaccionar nos conecta el alma con aquello que nos baña, el mundo.
Sentir para mi siempre ha existido de cinco formas, todas muy distintas: ver, oir, oler, saborear y tocar. Cada una tiene su complejidad muy interna y cada una tiene su repercusón en mi.
Ver para mi es un lujo, observar el brillo, la luz o la falta de esta, los colores y cada uno de sus infinitos tonos, el contraste, la forma, el tamaño, la posición, todo en una composición única, en un momento único, que luego de haber pasado libra su existencia del mundo terrenal y queda en mi memoria tan solo como recuerdo, pero entonces otro momento único se desarrolla, reemplazando al anterior y ocupando otro lugarcito en mi memoria. Es increíble lo que se descubre tan solo con observar, es un universo interminable y infatigable que jamás me dejará descansar, y no quiero que lo haga, soy una amante de la observación.
Oir es otro universo nuevo, tan extremadamente distinto del anterior, pues los estimulos llegan a mi en un sinfin de timbres y volumenes, que hacen que mi oído me colapse de sensaciones diversas y me exponga, a veces sin ver, un mundo en donde todo cobra vida de una manera sutil y sensual. Los sonidos seducen mi oído en conjuntos enormes, como queriendo proponerme una orgía.
Oler es un placer en general poco explorado, o por lo menos eso creo yo. Pero la verdad es que oler es un acercamiento tan fuerte hacia el mundo que es imposible no disfrutarlo. Como una parte de ese mundo se puede transportar por el aire para llegar a mi y decirme que hay mas allá, hacia donde. Como al sentir un aroma agradable uno parece volar hasta el preciso momento en que lo disfruta a concho. Como el aroma es una adelanto de lo que el mundo te traerá mas adelante, o muchas veces un recordatorio de momentos anteriores de placer.
Saborear... es un placer muy sutil.. muy sensual también. Como este acercamiento tan directo con el mundo se traduce en un entendimiento hasta ese momento imposible, como los sabores inundan mi ser y me hablan de origenes, de diferencias suaves, de parentescos lejanos, de momentos, recuerdos y por venires. Como el sabor me habla de historia.. o de placer.
Tocar es algo completamente de otro mundo. La cantidad infinita de sensaciones que pueden abrumar a un simple humano cuando toca o, porque no decirlo, es tocado. Cuando esta capa fina de terminales nerviosas entra en contacto con algo la respuesta es más rápida que el pensamiento, y antes de que lo pienses la sensacion de estar tocando te invade completamente y te nubla los otros sentidos, pues esta sensación es mas fuerte que cualquiera.
Entonces por favor que alguien me entienda cuando digo que me pierdo completamente cuando llega ella y la... SIENTO.
Sentirla es algo que jamás podré explicar en totalidad, pero es una cosa que me inunda el alma, me revienta en millones de sensaciones y me hace perder la cabeza. Me pierdo en un océano de experiencias, distintas todas, y me ahogo entre los miles de pensamientos qe surgen a cada una de estas.